Competencias del Instructor de Capacitación
Habilidades y valores personales
El trabajo del instructor (facilitador, expositor, capacitador, etc.) es encontrar maneras de comunicar este mensaje de la manera más efectiva. Ser un instructor de alto impacto requiere de competencias, conocimientos y actitudes que asisten durante la conducción de un curso o entrenamiento. Entre estas características se encuentran las siguientes:
- Autenticidad
- Comunicación efectiva
- Empatía
- Manejo de voz
- Comunicación no verbal
- Manejo de grupo
- Actualización
- Honestidad
- Justicia
- Responsabilidad
- Lealtad
- Puntualidad
- Objetividad
Características
- Tener facilidad para comunicarse con claridad y sencillez, especialmente los temas en los que se especializar.
- Contar con capacidad para organizar sus labores: planificar, ejecutar, supervisar y evaluar las actividades.
- Tener la capacidad de despertar el interés mediante la utilización de un lenguaje claro y conciso.
- Ser paciente para orientar, destreza operativa y habilidad para hacer demostraciones prácticas.
- Conocer y manejar hábilmente técnicas grupales que le ayuden a integrar los grupos y propiciar un ambiente agradable para que se pueda desarrollar el aprendizaje.
- Presentación personal adecuada: esta impacta favorable o desfavorablemente en los asistentes.
- Tener habilidad en el uso de materiales de enseñanza, los diferentes elementos didácticos. Así como facilidad de adaptación a diferentes grupos: debe propiciar y mantener relaciones interpersonales estables y armónicas.
- Ser persona respetuosa y honesta consigo mismo y con los demás asistentes.
Hablar en público
Hablar en público es una actividad desagradable para muchos y cuanto mayor sea la importancia del evento, peor el miedo. Sin embargo, como emprendedor, deberás enfrentarte constantemente a exposiciones y presentaciones, ya sea ante tu equipo, socios, clientes o posibles inversionistas. Y debes hacerlo de la forma correcta para conectarte con tu audiencia.A continuación te dejamos consejos para ser un buen orador y aprender a expresar tus ideas ante una audiencia, ya sea de diez, cien o mil personas:
Si tomas la palabra es porque has tenido una experiencia que los oyentes desconocen; compártela con ellos. Trata de que sientan lo mismo que tú sentiste: una profunda emoción, o indiferencia; miedo, o tristeza; fastidio, o perplejidad.
La primera persona del singular (yo) puede ser un arma eficaz, pero debes ser cauto y
ubicarte correctamente en el espacio, tiempo y tipo de público que te escucha.No empieces hasta que hayas captado la atención de todos los presentes. Cada una de esas personas comprenderá inmediatamente que el orador le está hablando a ella, y su cerebro se dispondrá a prestarle atención. Eso es precisamente lo que quieres.
Cuando el público se haya puesto atento, establece contacto visual. Escoge tres caras amigables: una a la derecha, una a la izquierda, y una al centro. Dirígete entonces a una, luego a otra, y así lograrás abarcar a todo el auditorio.
No es recomendable redactar discursos, pero sí lo es llevar notas para recordar lo que quieres decir, y saber en qué parte va uno. Una buena idea es hacer bullets con los puntos principales o con datos importantes que quieras dar a conocer.
No inhales profunda y forzadamente, ni respires con mayor rapidez que de lo normal; te puedes hiperventilar. Para relajarte, sólo tienes que mover el diafragma suave y rítmicamente y dar inhalaciones largas y profundas.
Recomendaciones para exposición e calidad (antes, durante y después)
Antes de la
presentación
A menudo, tener que hablar ante una audiencia produce
un cierto miedo escénico: el nerviosismo que sienten la mayoría de los oradores
debe interpretarse como un estado natural previo a la presentación oral. Pero
este miedo escénico se puede llegar a controlar y, además, es deseable que así
sea, aunque ello no significa que podamos eliminarlo por completo. Cada persona
reacciona de manera distinta ante una situación en la que tiene que hablar en
público, pero hay algunos elementos que deben tenerse en cuenta: una de las
manifestaciones más comunes del miedo escénico es la angustia que puede
presentar diferentes grados
de afectación:
Nivel
somático:
taquicardia, disnea suspirosa, sudación, dolor de cabeza y de estómago,
enrojecimiento facial, etc.
Nivel
cognitivo:
pensamientos negativos relacionados con la comunicación que se ha de realizar y
con una anticipación de consecuencias desfavorables.
Nivel
conductual:
alteraciones en la voz (temblor, tartamudeo y equivocaciones frecuentes), deseo
de evitar el momento de realizar la presentación, uso exagerado de adaptadores
(tocarse el cabello, dar vueltas al anillo, ajustarse el nudo de la corbata,
quitar y ponerse las gafas repetidamente, etc.).
Un aspecto que puede ayudar a controlar la angustia de
tener que hablar en público es conocer a fondo el tema sobre el que se va a
hablar y prepararlo concienzudamente. La elaboración de un guion puede ayudar
al orador a ganar confianza en sí mismo.
Para la preparación de la intervención oral, es
fundamental responder a las siguientes preguntas, que corresponden a las etapas
de la elaboración de un discurso:
¿Cuál es el
objetivo de mi presentación? El
objetivo general puede ser entretener, informar o persuadir, mientras que el
específico expresa cuál es la respuesta que el orador espera del público.
¿A quién va
dirigida la presentación?
El análisis de la audiencia que escuchará, y el conocimiento de sus intereses,
ayudará a establecer un terreno común para conseguir una comunicación más
efectiva.
¿Cómo se ha
de estructurar la información que se quiere presentar? Un discurso debe contener, además
del título, una introducción que capte la atención del público y sirva de guía
hacia el siguiente apartado: la parte central, el cuerpo del discurso, en el
que se desarrollan los contenidos principales del tema y, final· mente, se
exponen las conclusiones que resumirán el contenido del mensaje.
Otro punto importante es ensayar la comunicación,
dedicando una atención especial al inicio y al final: estos dos momentos son
cruciales en cualquier exposición que se realice. Los primeros minutos sirven
para captar el interés y la atención de la audiencia y coinciden precisamente
con el momento de máximo nerviosismo del orador; en cuanto al final, debe
contener de manera clara y concisa las conclusiones del trabajo presentado.
Durante la presentación
Además del contenido del propio discurso, intervienen otros elementos que influyen de manera determinante en el ánimo de los oyentes:- Elementos
paralingüísticos: la voz.
- Elementos no
verbales: la expresión facial, los gestos, la postura, los movimientos, etc.
La voz
La imagen auditiva
tiene un gran impacto para la audiencia, y por tanto el orador ha de saber que
su voz puede ser un gran aliado o el peor de sus enemigos. El tono, el volumen,
la velocidad y la pronunciación son cuatro de las características de la voz que
es necesario aprender a utilizar, de forma correcta y consciente, durante una
presentación oral; con una combinación correcta de estos elementos, evitaremos
la monotonía, el aburrimiento o el cansancio entre los que nos escuchan. Así
pues, es fundamental recordar que uno de los recursos más poderosos que existen
para captar la atención de la audiencia es el hacer un uso correcto de la voz.
La expresión facial
El rostro y la
mirada son los componentes más importantes del lenguaje no verbal. La mirada
contiene una fuerza especial que puede condicionar a quien se siente observado
y producirle, o no, reacciones asertivas. Por este motivo durante una
exposición, la mayoría de las personas de un auditorio deben tener la sensación
de que, en algún momento, el que habla se dirige especialmente a ellos.
El lenguaje del cuerpo
La mayoría de
expresiones corporales se adquieren de forma inconsciente, pero emiten un
mensaje no verbal: es necesario aprender a incorporar en nuestro discurso
aquellos elementos gestuales que enriquecen y favorecen la comunicación con la
audiencia. La postura del cuerpo debe ser relajada, evitando gestos y
movimientos repetitivos o exagerados. Debe recordarse que los ademanes sirven
para apoyar nuestra comunicación verbal y pueden completar, enfatizar o
contradecir lo que se expresa oralmente; por tanto, se debe evitar tener
objetos en las manos o esconderlas ya que ello dificulta la expresión corporal
adecuada que refuerza o acompaña el discurso.
Los medios audiovisuales
Actualmente nos
encontramos en la sociedad de las TIC donde las imágenes visuales tienen un
gran protagonismo. Algunos estudios realizados en la Warton University de
Pennsylvania demuestran que se recuerda un 10% de lo que se lee, un 20% de lo
que se escucha y un 50% de la información que se recibe por vía visual. Por
tanto, es casi obligatorio utilizar medios audiovisuales en cualquier
exposición oral que se realice. Los más utilizados por conferenciantes,
oradores o docentes son la pizarra, el rota folios, el vídeo, las
transparencias, las diapositivas y las presentaciones electrónicas
La pizarra: es uno de los medios
más tradicionales y hasta hace poco ha sido el recurso imprescindible para
cualquier docente. Todavía en la actualidad, conserva gran parte de su valor,
aunque ha ido sustituyéndose paulatinamente por la pizarra blanca y el rota
folios o flip chart.
El flip chart, rota folios o papelógrafo, es un caballete con un bloc de hojas de papel de tamaño DIN Al. Tiene
la peculiaridad de que los gráficos, dibujos o esquemas que se quieren mostrar
se pueden haber preparado de antemano; además, respecto a la pizarra tiene la
ventaja de que estos esquemas se pueden conservar para ser reutilizados en
cualquier momento de la sesión. No obstante, tiene la desventaja de que, por su
tamaño, más reducido que el de la pizarra blanca o tradicional, queda limitada
su visibilidad en audiencias superiores a las 30 personas.
El vídeo: tiene la ventaja de
ofrecer imágenes en movimiento y su posibilidad de acercarse a la realidad es
casi ilimitada. Su utilización requiere una programación, preparación y
coordinación muy cuidadosa para ser intercalado durante una sesión. Uno de sus
inconvenientes es que la elaboración de este tipo de material requiere muchas
horas de trabajo y el disponer de unos recursos especiales, tanto materiales
como humanos.
Los objetos: la utilización de
objetos para ser mostrados durante una exposición oral no es recomendable
cuando se trata de una gran audiencia debido al efecto distractor que se puede
producir al pasar el objeto. Su uso debe quedar reservado para pequeñas
audiencias en las que la observación del objeto puede ser mucho más rápida.
Las transparencias, las
diapositivas y las presentaciones electrónicas, con toda seguridad, son los
medios audiovisuales más utilizados durante una exposición. El diseño y
recomendaciones para su elaboración son comunes para cada una de ellas:
- Contenido: es necesario
seleccionar y simplificar la información que se quiere mostrar; se recomienda
que el texto escrito no exceda de ocho líneas por seis palabras en cada línea
ya que un exceso de información dificulta la lectura de la proyección. En caso
de presentar una tabla, se debería limitar: la información a cuatro columnas y
a siete filas, como máximo.
- Tamaño y tipo de las letras:
para presentaciones de diapositivas electrónicas (PowerPoint), Holz17
recomienda usar un tipo de letra sans serif: Helvética o Arial ya que al ser
«menos decorativas» que otros tipos son fáciles de leer. En cuanto al tamaño
dependerá de la dimensión de la sala donde se vaya a realizar la exposición. Es
preferible utilizar letras minúsculas ya que se leen más fácilmente que las
mayúsculas.
- Color: el color se debe
utilizar con una finalidad funcional más que decorativa; por tanto debe
aplicarse de forma lógica, reservando algunos colores para los títulos o
subtítulos, manteniendo una uniformidad durante toda la presentación y evitando
su exceso.
También es
importante considerar su significado cultural: rojo para las prohibiciones o
limitaciones, verde y azul para resaltar aspectos positivos (saludables).
Además, se deben
evitar colores pálidos, por la dificultad en visualizarlos una vez proyectada
la diapositiva.
También se debe
considerar el fondo de la proyección: si es oscuro será acertado utilizar
colores claros, pero siempre teniendo en cuenta hacerlo de forma contrastada.
En la actualidad es
frecuente que con una presentación electrónica se incluya sonido o se incorpore
un video, aunque esta última opción
se debería reservar para las presentaciones que tienen un objetivo básicamente
educativo. Por otro lado, la inclusión de imágenes, animaciones, sonido o vídeo
requieren un mayor espacio en el disco duro del ordenador, por lo que debemos
aseguramos de que el día de la presentación se dispondrá de un ordenador con
capacidad suficiente para soportar los archivos de nuestra proyección, y que
estarán instalados los players para visualizar la animación.
Después de la
presentación
Después de la
presentación, es importante hacer una valoración de la sesión con el objetivo
de identificar los aspectos que debemos mejorar en nuestras habilidades
oratorias y que pueden redundar en exposiciones futuras.
orales, ya que les permite corregir y mejorar aspectos formales (dicción, entonación, gestos, expresiones, etc.), como para personas ya experimentadas, que desean mejorar y/o clarificar el mensaje que van a transmitir.
Otra opción es dar
a un colega un checklist o «lista de evaluación" para que valore en
directo la calidad de la presentación.
Manejo del grupo
Cada participante tiene características especiales, por lo que el manejo de grupos resulta una compleja tarea para el instructor, quien ha de ser el responsable de la conducción del aprendizaje, el cual no se lograra sin una integración grupal. La integración grupal puede lograrse mediante la utilización de técnicas o dinámicas grupales.A continuación, se presentan algunos tipos de grupos los
cuales son:
1. Ruidoso:
murmuraciones
y conversaciones en voz baja, provocan que el instructor y el resto de los
compañeros se distraiga.
Recomendaciones: el
instructor debe de estar muy atento a este tipo de interrupciones. Dirigir la
mirada a los participantes que conversan. Lanzarles alguna pregunta o pararse
muy cerca de ellos. Si el ruido es generalizado quizá lo mas conveniente sea
cambiar a una técnica mas participativa o hacer un receso.
Silencioso: si el grupo muestra un total silencio, investigue las causas. Puede haber fallado el proceso de ruptura de la tensión, no existe confianza para participar o bien no les interesa suficientemente el tema. Es recurrente también que la presencia de algún directivo inhiba al resto de los participantes.
Recomendaciones: el
uso de técnicas mas participativas reforzara la integración. Investigue las
causas y actúe.
Indiferente: no les interesa el seminario ni sus contenidos. Los temas tratados fueron simples y son conocidos por el grupo. No hubo nada nuevo. Se tiene la certeza de estar perdiendo el tiempo.
Recomendaciones:
Previo al curso, investigue el nivel y experiencia de los participantes.
Manifieste su disposición por incorporar temas de interés de los participantes
con el contenido del curso. Cambie de técnica para motivar la participación.
Maneje ejemplos adecuados a las necesidades de la empresa y puestos.
Agresivo: la actitud autoritaria y prepotente del instructor, provoca una reacción agresiva y hostil del grupo hacia el mismo instructor, y la sesión se convierte en una lucha de fuerzas que no conducen sino al fracaso del curso. Algunas veces se combina la agresión con la ironía y provoca la deserción de participantes.
Recomendaciones:
Actuar con sencillez, modestia y humildad, pues habrá que recordar que no es el
poseedor total de la verdad y que también está aprendiendo con el grupo.
Participativo: este es el grupo ideal que desearía el instructor para desarrollar un curso. Si se señala lo que realmente interesa al grupo, si se conocen sus motivaciones, si se utilizan las técnicas adecuadas y se evalúan constantemente, se garantiza el interés y participación de cada uno de los componentes del grupo.
Recomendaciones:
Aproveche al máximo la participación, manteniendo el interés de los asistentes.
Manejo de grupos difíciles, ¿qué hacer?
Cuando un instructor se encuentra frente a un
grupo y tiene que captar la atención y despertar al aprendizaje, no
solamente tiene que ser motivador y conocer las características que cada
participante adopta y como tratarlos individual y gradualmente, también debe
adquirir las habilidades para sobreponer las distintas situaciones que se
presentan en la conducción de un evento.
Las situaciones que se experimentan en el
proceso de capacitación son múltiples; ya que la gama de
experiencias, expectativas, resistencias, prejuicios y conocimientos en un
grupo de adultos es muy diversa.
A) ¿Qué hacer cuando se pierde el control de la sesión?
Si el control se pierde cuando el instructor es quien está
en uso de la palabra puede hacer una pausa prolongada para que
con el silencio que se hace queden en evidencia los causantes de esta situación
para inmediatamente poder continuar la sesión.
También puede dirigir la mirada en forma directa y
prolongada a los mismos desatentos, procurando hacerlo con cordialidad
y en cierta forma que los haga volver a la temática tratada.
Dirigir una pregunta al participante más
influyente; Esto puede traer al orden nuevamente. Hacer una pregunta
directa al causante del desvío o control grupal.
Introducir una variante en la metodología;
cambiando de técnica, empleando el rotafolio, hacer un resumen o utilizar la
ayuda visual que capte nuevamente la atención.
Llamar al orden con
certeza, pero con tacto.
Si el desorden es muy grande, hacer un receso.
B) Cuando los asistentes se salen del tema
Emplear las preguntas directas,
cuestionando de qué manera lo discutido se relaciona con el tema a tratar y
dirigir nuevamente la conversación sobre la temática central.
Realizar un resumen y volver a centrar el tema
principal, procurando destacar algún punto en particular.
Hacer un planteamiento de la sesión destacando
el plan a seguir en el tiempo que resta para concluir el tema buscando la
adhesión del grupo, volviendo nuevamente al camino.
C) Cuando el grupo no habla
Centrar el tema,
estimular el intercambio de puntos de vista y dirigir una pregunta directa a un
miembro del grupo que conozca la respuesta o haya tenido experiencia en el tema
cuestionado.
Separarse ligeramente del típico principal y
sutilmente introducir otro de interés actual con el cual
estén relacionados los asistentes y paulatinamente volverlos al tema.
Dirigir una pregunta abierta de carácter
general, preferentemente alguna que despierte al grupo. Demostrar
verdadero interés cuando surja alguna inquietud o sugerencia por parte de algún
participante.
D) Cuando no aceptan conclusiones del instructor
Guiar de nuevo la discusión proponiendo el mismo planteamiento,
pero con diferentes palabras.
E) Cuando alguien se opone
Utilizar preguntas directas que comprometan al
participante oponente a que fundamente su punto de vista y proponga
alternativas de solución.
Invitar al experto a que cuestione los puntos
de vista de quien se opone y que son fundamente las
propuestas dadas por el instructor (cuando el experto es además aliado).
F) Cuando alguien objeta habitualmente
Buscar cuáles son las posibles razones que lo
hacen actuar de esa manera. Esto puede hacerse con preguntas de sondeo en forma
abierta frente al grupo, o bien en forma personal aprovechando los recesos. Si
sus objeciones son dirigidas al grupo, rebotar su inconformidad al mismo grupo,
dejando que éste lo presione.
Usar preguntas de rebote,
solicitándole que nos diga sus soluciones concretas a la problemática
analizada.
Hacer más evidente sus argumentos,
resaltándolos con otras palabras y luego seguir adelante (no engancharse).
G) Cuando la presencia de un supervisor jerárquico se impone al grupo
Atenderlo de manera cordial, pero tratarlo al
mismo tiempo como un miembro más del grupo.
Procurar no poner a los participantes en alguna situación
embarazosa frente a su supervisor.
Recordarle que no tome notas frente al grupo,
pues los asistentes pueden interpretarlo como que está registrando y evaluando
sus intervenciones, y esto puede provocar que traten de lucirse o que guarden
silencio.
Situaciones que se pueden presentar (soluciones y no soluciones)
1. Alguien llora desconsoladamente, se angustia y no puede controlar su pena
¿Qué hacer?
• Acoger
a la persona y escucharla calmadamente.
• Interrumpir
momentáneamente la actividad, para poner atención a la persona.
• Preguntar
si tiene ganas de hablar, o si prefiere guardar silencio.
• Dar
todo el tiempo necesario para que se calme.
• Explicar
al grupo lo que ocurre, e incentivar el respeto y la empatía con el otro.
¿Qué no hacer?
• Interpretar
la situación.
• Ponerse
nervioso y alejarse de la persona que está relatando la experiencia.
• Dar consejos o contar anécdotas relacionadas con la situación para “subir el ánimo”.
2. Situaciones de agresión en la familia (violencia intrafamiliar, abuso sexual u otras situaciones complicadas)
¿Qué hacer?
• Inmediatamente
después que la persona ha contado la situación, agradecer la confianza.
• Ser
acogedor/a y comprensivo/a.
• No
intentar resolver el problema en el momento mismo, ya que una situación de esas
características requiere otro espacio.
• Conversar
con la persona luego de la sesión y preguntar si quiere recibir ayuda.
• Comunicarse
con el encargado comunal para pedirle asesoría sobre la situación.
• Comunicar
a la persona sobre la existencia de una red asistencial en su comunidad.
¿Qué no hacer?
• Interpretar
la situación y conversarla con el grupo.
• Guardarse
la información.
• Intentar dar soluciones, sin consultar con profesionales.
3. Nadie quiere hablar en el grupo
¿Qué hacer?
• Mantener
la calma y esperar que el grupo se exprese.
¿Qué no hacer?
• Mostrarse
ansioso y obligar a que el grupo hable, aunque sea cualquier cosa.
• Hablar
constantemente para “rellenar” el silencio.
• Enojarse
y no hablarle al grupo.
• Presionar
a que los participantes hablen.
4. Una persona concentra la atención y se toma la palabra
• Escucharla
y preguntarle si le interesa escuchar la opinión de sus compañeros/as.
¿Qué no hacer?
• Quedarse
callado y no decirle nada a la persona.
• Discutir
con la persona o enojarse ante su actitud.
• No recurrir al grupo y transformar la situación en un conflicto de a dos.
5. Discusión entre los participantes
¿Qué hacer?
• Explicar
que es bueno que las personas opinen, y que existan puntos de vista distintos.
• Dar la
palabra y preguntarles a todos qué opinan.
¿Qué no hacer?
• Tomar
partido por alguna de las posiciones.
• Mantener
la discusión como un asunto que queda entre dos personas.
• Hablar de las posiciones como verdades y no modos distintos de vivir la realidad.
6. Pelea física entre los participantes
¿Qué hacer?
• Mantener
la calma y pedirle al grupo que le ayuden a separarlos.
• Luego,
hablar con los involucrados y pedirles que reflexionen sobre lo que ha sucedido.
• En
caso de que no se pueda controlar la situación, suspender la sesión y explicar
al grupo que de ese modo no se puede trabajar.
¿Qué no hacer?
• Entrar
en el juego de la violencia o tomar partido por alguno de los participantes que
está peleando.
• Guardarse
la información y no comunicarse con el Encargado de Familia.
• Seguir
con la sesión como si nada estuviese ocurriendo.
• Expulsar a los participantes de la sesión.
7. Todos hablan al mismo tiempo, hay desorden y poca concentración
¿Qué hacer?
• Preguntar
al grupo si están un poco cansados, y si es así dar un recreo con el compromiso
de que los participantes realicen la sesión entera, pero descansen unos
minutos.
• Pedir
a los participantes un momento de silencio, aclarándoles con tranquilidad que
quienes quieran ir a conversar de otros temas lo pueden hacer fuera del lugar
donde se desarrolla la actividad.
• Aliarse
con aquellas personas que se encuentran más atentas y pedir su apoyo para
llamar al grupo a la calma y a la escucha.
¿Qué no hacer?
• Enojarse
con el grupo y desistir de la tarea de hablar.
• Ponerse
a gritar para ser escuchado.
• Amenazar al grupo con terminar la actividad si no cooperan.
8. Se relata una situación de consumo actual
¿Qué hacer?
• Preocuparse
de que el grupo no lo excluya.
• Acercarse
a la persona y ofrecerle su ayuda, si es necesario fuera de la sesión.
• Comunicarle
la situación de consumo al encargado comunal.
¿Qué no hacer?
• Ignorar
la situación.
• Excluir
a la persona del grupo.
• Juzgarla
por su situación.
• Ponerla como ejemplo de lo que no se debe hacer.
9. Se plantea una pregunta ante la cual el monitor no tiene respuesta
¿Qué hacer?
• Explicar
al grupo que se ignora la respuesta y asumir que no se tiene esa información.
• Devolver
la pregunta al grupo por si alguno de los participantes puede conocer la
respuesta.
¿Qué no hacer?
• Inventar,
sin asumir que ignora la respuesta.
• Cerrar
la posibilidad a los participantes del grupo de opinar o dar a conocer lo que
saben sobre el tema.
• Dejar
pasar la pregunta y no acoger la duda del participante.
• No preguntar sobre la información que se desconoce.
10. Una persona del grupo le solicita su opinión personal sobre un tema
¿Qué hacer?
Comentar que su opinión o respuesta debe estar guiada por su rol como monitor y por los principios del programa.
• Presentar al grupo la inquietud, escuchar lo que opinan los demás y de esta manera mostrarle diferentes alternativas.• Agradecer
la confianza y hacerle ver que lo más importante es lo que él o ella piense o
decida en relación al tema.
• Ayudarlo
a crear su propia opinión mediante preguntas como ¿usted qué piensa?, qué sería lo mejor?, qué quiere?
¿Qué no hacer?
Dar opiniones en base a su experiencia personal.
No tomar en cuenta la solicitud.
Responder
que no puede dar opiniones personales.
Uso de materiales y apoyos didácticos
Todo docente a la hora de enfrentarse a la impartición
de una clase debe seleccionar los recursos y materiales didácticos que tiene
pensado utilizar. Muchos piensan que no tiene importancia el material o recursos
que escojamos pues lo importante es dar la clase pero se equivocan, es
fundamental elegir adecuadamente los recursos y materiales didácticos porque
constituyen herramientas fundamentales para el desarrollo y enriquecimiento del
proceso de enseñanza-aprendizaje de los alumnos.
Hoy en día existen materiales didácticos excelentes que pueden ayudar a un docente a impartir su clase, mejorarla o que les pueden servir de apoyo en su labor. Estos materiales didácticos pueden ser seleccionados de una gran cantidad de ellos, de los realizados por editoriales o aquellos que uno mismo con la experiencia llega a confeccionar.
Algunos tipos de estos son:
Materiales sonoros
ü Reproductores
ü Amplificadores
ü Grabadores
ü Micrófonos
ü Generadores de efectos
Apoyos didácticos
audiovisuales
ü Recurso motivador en la presentación de algunos temas.
ü Como la forma de complementar una información.
ü Aprender a escuchar es uno de los objetivos de la utilización de este medio.
Material Pictórico
También contamos con recursos materiales que podemos dividir en recursos impresos, audiovisuales o informáticos. Entre los primeros podemos destacar los libros de texto que los alumnos pueden utilizar si así lo cree conveniente el profesor. Los libros de consulta que normalmente son facilitados por los docentes o que se encuentran en los centros para su consulta por el alumnado.
Por último, se merecen un lugar destacado los recursos informáticos como recurso didáctico. En experiencia propia se utilizan dichos recursos casi a diario, siendo el ordenador mi principal herramienta de trabajo, y todo ello debido a que mi especialidad, Formación y Orientación Laboral se ocupa de analizar y conocer el mundo laboral, lo que exige una actualización casi diaria, que solo puedo lograr a través del ordenador, por medio de Internet; que es lo que mas se utiliza actualmente y el que se seguirá usando en el medio laboral.
Manejo de instalaciones, mobiliario y equipo
El logro de los objetivos requiere ciertas condiciones y apoyos que se abordan en este capítulo. El ambiente de la capacitación debe concebirse para facilitar la interacción y favorecer la aplicación del método.
El ambiente físico en la capacitación Sin duda alguna el ambiente o entorno físico de la capacitación es un elemento fundamental. Es el medio en el cual se encuentra inmersa la capacitación, y su estudio estará condicionado por esta.
El ambiente incluye tres elementos:
- Instalaciones
- Mobiliario y equipo
- Servicios y suministros
Instalaciones (requisitos básicos)
La capacitación requiere de algunos requisitos básicos en las instalaciones. Sin embargo, es difícil encontrar condiciones óptimas en todos los casos.
Se deben tomar en consideración los siguientes aspectos:- Acceso
- Dimensión y disposición de espacios
- Acústica
- Iluminación
- Ventilación/climatización
- Higiene
- Comodidad y decoración
- Seguridad
Mobiliario y equipo (requisitos básicos)
1. Mesas y sillas
En principio las mesas, sillas así como otros muebles a utilizar deben ser ergonómicos. La ergonomía es el estudio de datos biológicos y tecnológicos aplicados a la mutua adaptación entre la persona y la máquina. En otras palabras, una silla y mesa adecuadas para estudiar deben tener cierto nivel de comodidad (sin llegar al exceso de la relajación), y permitir una postura adecuada para la mayoría de las personas.
Otro factor importante, es la flexibilidad de la cual se disponga para la movilización del mobiliario. Sillas muy pesadas o mesas fijas suelen limitar las actividades en grupo. Es preferible el uso de sillas y mesas, a los pupitres tradicionales. Sin embargo, en algunos casos es necesario emplearles. Nótese que en ocasiones la mejor opción es no usar mobiliario. Una sesión de discusión sentados en el césped puede ser una variante agradable.
2.Disposición
Existen muchos tipos de acomodos para el mobiliario, en capacitación se deben cumplir ciertos requisitos:
- Acceso audio-visual permanente. El acceso visual directo hacia el instructor y entre los participantes es fundamental para el método interactivo.
- Principio del mobiliario mínimo. En lo posible, use el mínimo de mobiliario. Por ejemplo, si usted llevará a cabo una reunión de discusión y los participantes no tienen por qué escribir, considere un círculo de sillas. Esta configuración permite una comunicación «fluida», toda vez que una simple mesa puede constituir una «barrera» entre dos personas. Cuide sin embargo el espacio personal. Algunas personas por factores culturales o por su posición jerárquica, reclaman inconscientemente más espacio personal. No aglomere a las personas, permita que mantengan su espacio.
Servicios y suministros (requisitos básicos)
1. Sanitarios
Deben estar ubicados cerca del área de capacitación, sin que generen interferencia por
ruido u olores desagradables.
Es importante disponer de jabón líquido y toallas de papel o secadores eléctricos.
Los servicios usualmente incluyen alimentación, seguridad, comunicaciones (telefónica o radial), etcétera.
2. Suministros básicos
Cualquier curso debe estar siempre dotado de agua pura y recipientes limpios para beberla. Otras bebidas no alcohólicas son recomendables y su elección variará. Del mismo modo los refrigerios y la forma de disponerlos (permanentemente o en horarios fijos) dependerá de las circunstancias.No es recomendable ofrecer refrigerios con exceso de grasas. Sin embargo es útil ofrecer azúcares y frutas que favorecen la actividad cerebral durante el estudio en la mayoría de las personas.
Algunos suministros logísticos típicos son las fotocopias, llamadas telefónicas, insumos como lápices, lapiceros, papel, cinta adhesiva etcétera. Es importante contar con un botiquín, cuyo contenido dependerá del personal disponible para utilizarlo.
Ciertos cursos requieren suministros o recursos especiales, como herramientas especiales, botiquín para lesiones graves, recursos informáticos o aquellos que la planificación demande.
Comentarios
Publicar un comentario